Es curioso cómo rincones o lugares de las ciudades de esos que no vienen en las guías turísticas, pero que sin embargo uno ha paladeado en numerosas ocasiones se convierten en iconos imprescindibles a acudir cuando uno repite visita a esas mismas ciudades.
La cafetería Riofrío, en la Plaza de Colón, esquina de Génova con Marqués de la Ensenada, es uno de estos sitios que se convierten en visita obligada cada vez que voy a la capital del Reino por circunstancias personales en unos casos y profesionales en otros . Su proximidad con la Audiencia Nacional y con la Calle Génova han querido que piense en su "café para llevar", en estos días en que el PP y la AN están de tan rabiosa actualidad, pues es posible que si van a primera hora, cuando se "cuece el bacalao", coincidan con Don Baltasar y Don Mariano. En mesas separadas claro está, con un café bien cargado el primero y con un solo y sin azúcar -repito, "sólo y sin azúcar"- el segundo.
El caso es que es curioso como dos edificios tan cercanos en el plano de Madrid pueden sufrir en la actualidad un distanciamento tan brutal en lo que a la vida política y judicial hace referencia. Les aseguro por cierto, que ninguno de los pesos pesados que parecen representar a ambos edificios -Garzón y Rajoy- me llegan a convencer del todo.
La Audiencia Nacional, ese edificio que otrora como abogado pude llegar a idolatrar, últimamente me está causando alguna decepción que otra. Mis mitos empiezan a caer. Será la treintena.
Atrás quedó aquel viaje en el que me enfrenté a mi primera visita a las escaleras por las que tantas veces había visto subir y bajar a Garzón y por las que la primera vez - y última- yo subí con paso tembloroso. -Digo lo de última porque si se da la circusntancia de que tienen que ir allí deben hacerlo por la puerta de Génova (enfrente de la sede del PP)-. -Eso si van como letrados claro, si van como imputados lo más probable es que tengan que entrar en un coche con sirena por el garaje-. En definitiva, no hagan el primo como yo hice subiendo las escaleras.
Delirios de grandeza, supongo.
Siguiendo con la Audiencia y con Garzón, uno va descubriendo que ese Magistrado que repito, otrora idolatraba, últimamente sale de Málaga para ir a Malagón. Descubriendo que tenemos un Ministro de Justicia que además de ser un verdadero impresentable, es un maleducado de aquí te espero. Y por encima de todo, descubrimos que estamos en manos de una tropa de gualtrapas. Que Dios nos coja confesados.
Está claro que en el mundo de la justicia las relaciones personales son inevitables. Nadie se va a rasgar las vestiduras porque un abogado y un juez se tomen una copa juntos. Si los dos son profesionales y se sabe separar lo profesional de lo personal debe entenderse que la madurez del trabajo diario debe superar todo tipo de remilgo, al menos en mi caso.
Pero esto es una cosa y otra muy distinta lo que ha ocurrido este fin de semana. Una verdadera tomadura de pelo nacional. Es de tontos poner en duda que un Magistrado del Juzgado Central de Instrucción de la Audiencia Nacional pueda tener relación con quien actualmente es Ministro de Justicia, pero que antes ha ostentado la Jefatura de la Fiscalía de Madrid, la más amplia de todo el Ministerio Público (A este paso va a haber que quitarle dos letras). Es obvio.
Pero señores, mantengan las formas, hombre. Tengan un cierto respeto al cargo que ostentan, a los justiciables que juzgan. A los administrados que administran. A España entera.
Señor Bermejo, se ha convertido usted en un ser deleznable, provocador y que deja a cualquiera de los dóberman de nuestra democracia -léase Guerra o Cascos-, como si fueran verdaderos chihuahuas. Usted, todo un Ministro de Justicia, no puede permitirse a preguntas de los periodistas acerca de la cacería del fin de semana decir que "hablamos de la naturaleza".
Las chulerías con navaja y en la calle. A pecho descubierto.
Con la venia, Señor Ministro, y como diría Labordeta, váyase usted a la mierda, hombre.
Enfrente de la Audiencia Nacional se encuentra la sede del PP.
Ayer aparecía Rajoy rodeado de la plana mayor proclamando la ruptura de todo tipo de relación con el Ministro del Ministerio (qué misterio) y mandando al carajo el pacto por la justicia. Yo creo que deben de creerse que somos de neurona débil, aunque de momento ya han conseguido que no se hable de su crisis cambiando el congelador en el que deberían meterse unos cuantos, Rajoy el primero, por el ventilador de esparcir porquería. -Made in PSOE, por cierto-
Rajoy , que probablemente habría sido un gran Presidente del Gobierno y que fue un excelente gobernante, no da la talla como jefe de la oposición. El problema de Rajoy es que teniendo toda la credibilidad que a un político puede darle ser todo un señor Registrador de la Propiedad, -igualito que Pepiño, vamos-, se encuentra atado de pies y manos debido a su poligamia.
Sí, si, no se extrañen. Rajoy tiene 3 esposas: La suya, y las dos que le atan a las patas de quien le designó. Porque mientras Aznar comió en 5 estrellas, Mariano Rajoy pagó, está pagando y seguirá pagando por los siglos de los siglos las facturas del jefe. Cosas de herencias. Es lo que pasa cuando dices amén al dedo divino, que después tienes detrás a la mujer del jefe con cara de mala leche como si con ella no fuera la cosa. Por cierto, ¿con quien ha empatado Ana Botella?
Mariano, por mucho que te quieras desmarcar, estás marcado. Los electores no somos tontos. Para subir el globo tendrías que tirar los sacos de arena. El problema es que los sacos los tienen otros y tu estás de prestado en el globo.
Eso te pasa por comprar los globos como si de unLeasing se tratara. "Nunca eres dueño hasta que no pagas la última cuota".
Así es que las comparecencias apocalípticas se las dejas a los americanos. Aquí no cuelan ni con toda la vaselina del mundo.
Deberías tomarte un descafeinado en Riofrío con tu amigo el ciervo.
El ciervo de Riofrío.
Por cierto, ¿será familia del que se cargó Bermejo en la cacería?
Unas buenas astas tiene, desde luego.
Y hablando de "astas".... ¿No están ustedes "asta" los "güevos"?