Nadie duerma.
Nessun dorma.
Eso es lo que canta el príncipe Calaf cuando cae la noche en Pekín en el tercer y definitivo acto de Turandot.
Les dejo esta joya para celebrar el renacer de la página.
Me dicen que les parece, al fin y al cabo, el artista se debe a su público.
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on viernes, diciembre 12, 2008
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Cajón desastre
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