FIFTY tacos tiene la japuta. Ahora entiendo cuando el Risto Mejode decía eso del producto.

Ha pasado un día desde el concierto que ha dado en Sevilla y todavía estoy alucinando. Es verdad que de las canciones de su "Dulce y pegajoso Tour 2008" sólo se salvaban las de siempre y un par del último disco. Pero señores -y señoras-. Vaya pedazo de mujer.

Pura fibra, más de dos horas de espectáculo desenfrenado. Seguro que no canta como hace diez años, pero el espectáculo que arrastra es sencillamente espectacular.

Debo reconocer que ver a Madonna rodeado de mariconas y quinceañeras frikis no me causó el orgasmo de verle al paquete a Bono o los escupitajos de Mick Jagger a cinco metros de distancia en San Sebastián y Zaragoza respectivamente.

Pero qué coño, la diva es mucha diva.

El próximo tonto que me diga que un Madrid-Barsa es el mejor espectáculo que se puede ver hoy en día le pasaré por la entrepierna el DVD de un concierto de esta tipa para que le de gusto.

Por lo demás empujones, olor sobaquil, ya digo, mariconas locas -cuan molesta es esta gente que hace de su condición sexual espectáculo.-, quinceañeras gritonas, dolor de piernas, reuma...

Pero al fin y al cabo ¿qué culpa tiene Madonna de eso?..

Eso sí I., lo de las marabuntas nos lo ahorraremos en el próximo.

Por algo soy V.I.P (Visigodo Ingiriendo Plátanos).