Llevo cierto tiempo dudando si continuar con este blog.
Tras mi visita navideña a tierras zaragozanas he tenido algún comentario que me ha dicho que escribo demasiadas gilipolleces. No le puedo llevar la contraria. Mi sencilla vida no da para más ni nunca he pretendido hacer de este blog un foro de calidad. Se trata de una sencilla bitácora que a unos gustará más y a otros menos. En todo caso, posiblemente escriba con menos asiduedad de la que venía haciendo hasta ahora. No por el hecho de que escriba más o menos gilipolleces, sino por intentar ser espartano conmigo mismo, creo que en la vida hay cosas que merecen más la pena que este blog y máxime cuando cada vez son más los amigos y bloggeros que lo visitan-afortunadamente, claro-. Si uno quiere estar a la altura de los comentarios que hacen, lo mínimo que puedes hacer es dedicar a sus blogs la atención que ellos te dedican. Eso tiene una pega, y es que el asunto se convierte en una espiral que hace que lo que a antes le dedicabas cinco minutos, comience a convertirse en una especie de adicción. Hablaba jam de ser un "cazahistorias". Pues eso, que en vez de acordarte de comprar chorizo cuando ves una tienda de embutidos, tu memoria se dedica a otros menesteres: "Esto va al blog, fijo", cuando por ejemplo te cuentan una historia de camareros de un restaurante que llevaban pistolitas de aguas para echar a los chinitos vendedores de rosas. Alucinante, vamos.
No obstante, me dejaré llevar, y ya veremos en qué queda la cosa que como pueden intuir los que me conozcan al final seguiré haciendo lo que me salga del entrecejo.

Entrando en materia, hoy sábado por la noche acabo de infiltrarme en una red inalámbrica de algún particular "by the face". O sea, sin pagar. Si lo llego a saber antes otro gallo hubiera cantado.

Para quien no lo sepa, la sor de Don Juan (¿?) y el mendas llevamos desde el miércoles alojados en pleno centro de Madrid esperando a que la primera cante sin desafinar los cinco puñeteros temas del temario durante una hora y media exacta en el Tribunal Supremo. Aciertan sí: examen de judicaturas. Todo estaba previsto para el Viernes pero una jugada del azar nos obliga a esperar hasta el lunes por la tarde con todo lo que ello conlleva. Tres noches extras de hotel y cambio de billetes. Y según se mire ha sido una bendición porque nuestro vuelo de Air Europa, previsto para el Viernes a las 19:30 ha debido salir hoy sábado hace escasa media hora. O sea, que hubieramos estado tirados más de 24 horas en el aeropuerto. Como mi amigo S., que tenía que salir el Viernes a las 16:00 horas de Barajas a Tenerife Norte y ha llegado a la isla el sábado a las 20:00 h. Puntalidad británica vamos. Cosas de la nieve.

La foto que pueden ver está recién sacadita del horno de mi flamante Panasonic TZ5 en calidad mínima y redacto desde un HP Mini de 900 grs. de peso que es una auténtica virguería. 12 meses sin intereses a plazos a 25 eurillos el mes. Como para no comprarlo. Así se las ponían a Felipe II.

Comer, como de menú del día pero por tecnología que no se diga.

Así somos las nuevas generaciones. -Ojo, no confundan con las del PP, por aquello de que estamos al lado de la calle Génova-.

El apartahotel cuyo precio de habitación es de tres cifras tiene unos servicios del año la tana. De verdad, el panel de madera del salón recuerda a las películas de Paco Martínez Soria, Hablando del turiasoniense, ahí va eso, que nos viene que ni pintado.

Cabecera de presentación de "La ciudad no es para mí". Si lo piensan bien, algunas cosas no cambian tanto.